Hace poco fui a mi supermercado habitual a comprar pan rallado para poder terminar mis queridas croquetas y me llevé la sorpresa de que, ciertas marcas e incluso pan rallado de la panadería, contienen trazas de leche.
Normalmente yo no suelo comprar pan rallado porque lo hacemos en casa, pero ese día me quedé sin ello y creerme, aún no he salido de mi asombro. La verdad es que con esto de la intolerancia a la lactosa, me estoy dando cuenta de que, tanto si se tiene alguna intolerancia alimentaria como si no, deberíamos mirar los etiquetados más a menudo para saber siempre lo que estamos comiendo.
Dicho esto, en la pestañita de “Consejos”, os voy a dejar explicado cómo preparo yo mi propio pan rallado. Se trata de un procedimiento muy sencillo y con el que además os evitáis tirar esas cantidades de pan que se desperdician diariamente y ahorrar algo de dinerillo.
Recomendación: tanto para vuestra vida diaria como para, en este caso, elaborar el pan rallado, os recomiendo que preguntéis en vuestra panadería habitual si el pan que trabajan contiene trazas de leche y si lo compráis en supermercado, comprobad las etiquetas del envasado, ya que podéis llevaros alguna que otra sorpresa.
Gracias por seguirme y espero que os sea de utilidad.
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