Hoy quiero compartir con vosotros la receta para hacer unas croquetas de jamón sin lactosa estupendas. Esta receta ya la he elaborado en varias ocasiones, pero la bechamel no terminaba de quedar con la consistencia que quería, ahora ya he encontrado las proporciones perfectas.
A continuación os dejo los ingredientes:
- 30 gr de cebolla
- 25 gr de aceite de oliva
- 35 gr de margarina FLORA
- 80 gr de harina
- 80 gr de maizena
- 700 ml de leche sin lactosa semidesnatada PASCUAL
- 150 gr de jamón serrano
- Nuez moscada, pimienta y sal al gusto
Preparación:
- Lo primero que tenéis que hacer es picar el jamón del tamaño que os guste, en mi caso, para ahorrarme este paso, lo compré en la carnicería y le pedí a mi carnicero que me lo picara él con la picadora. Una vez que lo tengáis en trocitos, lo reserváis para utilizarlo más tarde.
- El segundo paso es picar la cebolla también del tamaño que os guste, si tenéis robot de cocina podéis aprovecharlo y si no, a cuchillo, ¡como toda la vida! Una vez que la piquéis, la echáis en el recipiente donde vayáis a cocinar las croquetas, yo recomiendo una cazuela un poco alta ya que será más fácil elaborar la bechamel. A continuación hay que cocinar esa cebolla junto con el aceite y la margarina, el punto ideal de cocinado de la cebolla es hasta que se quede transparente, no la dejéis dorarse.
- Cuando le cebolla esté lista, añadimos la harina y la maizena y removemos muy bien con una cuchara de madera hasta que se haga una textura cremosa, trabajamos esa mezcla durante, más o menos, un minuto para que la harina se tueste y no quede cruda.
- El siguiente paso es quizá el más trabajoso, pero nunca hay que tener miedo a la bechamel, una vez que sale por primera vez… ¡sale siempre!. Añadimos la leche, si está fría de la nevera, la vamos añadiendo poco a poco a la vez que vamos removiendo, bien con una cuchara de madera o con unas barillas si os resulta más sencillo, si la leche está tibia o incluso templada previamente, se puede añadir toda de una vez. En este mismo paso añadimos la sal, la nuez moscada y la pimienta, al gusto, así como 4 cucharadas del jamón que habíamos picado anteriormente.
- Removemos la mezcla hasta el punto de hervor de la leche y procurando que se disuelva bien la harina, continuamos removiendo hasta que espese. El punto de espesor lo observaréis fácilmente, pero si no es el caso, lo ideal sería que al levantar la barilla, la mezcla cayera en bloque. Una vez espesada, apagáis el fuego y añadís el resto del jamón, removiéndolo con movimientos envolventes.
- Llegados a este punto… ¡tenéis la masa hecha! Ahora podéis dejarla reposar en una fuente previamente untada con margarina para que no se quede pegada, y eso si, ¡muy importante! tapadla con un film transparente hasta el momento en que les deis forma, así no se hará una costra y por tanto no se abrirán al freírlas.
Aquí os dejo unas fotos del proceso y del resultado:
¡Qué las disfrutéis y espero que compartáis conmigo los resultados en las redes sociales!
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